Carta de despedida a las amistades truncadas
"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas"
Aristóteles
Soy el tipo de persona que rara vez considera perdida o rota una amistad, por eso creo en las cuerdas y sonidos de la nota de los hilos rojos. Sin embargo, sé que la amistad es de a dos, y que a veces, a pesar de las intenciones, de no haber obrado con maldad, las cosas no resultan, los caminos se separan, las prioridades cambian, o simplemente, las personas lo hacen.
Sé que tal vez no sea del todo consecuente el decirlo, mas, me considero una persona que no cambia mucho, y por esa razón, creo que sigo considerando amigos a quienes tal vez ya no me ven de esa manera. Y eso me duele en algunos casos.
Y es que, los años avanzan, la vida no se detiene y en la vorágine se van perdiéndo cosas.
Hay recuerdos que atesoro cada vez que doy con ellos en un libro, un clima, una situación o un olor, memorias que me hacen apreciar las amistades, aunque ya no esten conmigo o ya no haya contacto.
He intentado por todos los medios sostener distintos hilos, seguir confiando en que el sentimiento sigue existiendo, que ese amor tan puro que es la amistad no depende de la distancia o el contacto, pero como dijo mago de Oz en La rosa de los vientos, la amistad requiere mimos, paciencia, verdad y fe.
Y no sé si he seguido todos los pasos.
Pero la fe nunca la pierdo.
Tan solo me gustaría saber que estos lazos ya no viven solamente en mi cabeza, sentir la cuerda vibrar, tensarse hasta que su tacto y su sonido lleguen a mi, aunque solo se trate de un saludo, una imagen o una palabra.
Pero por mucho que lo desee, sé que hay cosas que no van a volver, relaciones que no prosperaron, cuyos hilos debo soltar para no envenenarme. Pero no quita que duela.
Por eso escribo esta entrada, con la esperanza de que sea una carta a todas esas personas que he dejado de sentir a través de los hilos que alguna ven nos unieron.
No sé si con esta despedida sea suficiente, si dejaré ir los enlaces, o si dejaré de pensar en ellos realmente, mas, al menos debo intentarlo.
Y tú, Ojos Sobre la Página, ¿Te suscribes a esta misiva de despedida?
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