Crítica negativa

 

Mi primera novela publicada en Amazon ha recibido bastante mala crítica, aunque no sé si estoy exagerando. Como autor novel supongo que dos críticas de menos de tres estrellas es malo en un mercado global, porque me indica que hay gente a la cual no le gustó mi trabajo.

Sin embargo, cuando me detengo a pensar en ello, me inunda una contradicción, pues me apena el resultado, pero al mismo tiempo la parte más racional de mi mente me dice: al menos pagaron por el libro y lo leyeron, que es lo que siempre he buscado.

Y no sé si estoy siendo demasiado optimista o ingenuo, producto de mi falta de experiencia en el medio (a pesar de haber publicado dos historias más en la plataforma). O tal vez, más allá de las opciones anteriores, una vida completa de escritura silenciosa y sin reconocimiento puede haberme curtido lo suficiente para tomar la información, archivarla y seguir adelante para ver qué sucede más adelante.

Como sea, lo que me reconforta de esto es que muy en mi fuero interno sé que esto no hará que deje de escribir. Porque nunca he buscado fama avasalladora o instantánea, y en mi soledad de escritor sigue siendo más importante para mi el saber que alguien ha abierto la página o ha encendido la pantalla frente a mis textos.

No voy a mentir, sí me baja un poco el ánimo ver escritores con miles de seguidores, así como a personas que al menos bajo mi conocimiento no han pasado toda una vida escribiendo y de pronto, por otros medios publican bajo grandes firmas editoriales.

Pero al final del día, cuando toda la envidia y la impotencia pasan, todo lo que queda soy yo, el procesador de texto y una idea. Así que me pongo a trabajar.

No pretendo que esta entrada sea una especie de enseñanza sobre resiliencia, ni pecar de falsa modestia ni sabiduría de budú, solo quiero dar a conocer una reflexión producto del resultado de mi camino hasta ahora; un camino que recién comienza y que nadie nunca me dijo que sería fácil. 

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