Proyectos proyectados

   He estado pensando sobre los proyectos, y los factores que inciden en su concreción o su abandono, lo que me ha llevado a analizarme con detenimiento, para intentar saber qué tipo de persona soy, otra interrogante en la que creo, no debo estar solo, y que estoy seguro de que en otro contexto, uno de normalidad (no como la inusitada suerte de apocalipsis que estamos viviendo), me permitiría crear todo un grupo de charla y estudio en mi ciudad. Se me hace divertido pensar en tan pintoresca actividad, donde la cerveza en horas tempranas fluiría con total celeridad, para dar paso con el transcurso de la velada a más licores y sustancias, seguidas en su cenit por café y bebida energética o isotónica. ¿Y cuál era el tema?... ¡Ah, sí! Esta dualidad en la que existimos, donde no sabemos poner límites, o más que límites, plazos, disciplina o estrategias de abordaje por plazos.

   Y es que, si tan solo una pequeña parte de todos esos planes abandonados por la humanidad en una metafórica sala de menesteres inconclusos encontrase su final, me veo tentado a pensar que nuestra realidad sería muy distinta. Para empezar, mi realidad sería distinta.

   ¿O no lo sería?

   Y aquí te hago un llamado, te señalo con el índice, mientras miras la pantalla y te digo, ¿Qué tan distinta sería tu vida si hubieses terminado esas brillantes empresas que jamás materializaste?

   No pretendo juzgaros, a ninguno de vosotros, ojos sobre la página, solo espero que estas líneas sean fecundas de alguna manera, que os movilicen a pensar nuevamente en esos deseos, esos planes que se han ido acumulando en el cuarto de los cachivaches, en el sótano, en la bodega o el garaje. ¿Quién sabe? Tal vez una de esas ideas modifique, aunque sea en uno o dos grados la dirección de vuestras vidas, lo cual será suficiente para desencadenar un efecto mariposa, ojalá no tan trágico como el de la película. Pensemos positivo.

   Yo mismo me he descubierto pensando sobre mis planes, sobre todas esas cosas que he querido hacer y he dejado de lado, encontrando proyectos para llenar una buena cantidad de años de aprendizaje, principalmente de conocimiento y enriquecimiento, tanto intelectual como monetario.

   Y al final, ¿Qué tipo de persona soy?

   Pues, una muy similar a muchas más, con metas claras en determinadas áreas, y otras difuminadas u olvidadas en otras, desde un oficio, una obra o una amistad, son muchos los ejemplos que se me ocurren, y creo que mi disyuntiva seguirá existiendo por mucho tiempo más, tal vez incluso el tiempo mismo que dure mi vida, pero por ahora me conformo con saber que me he puesto con una de aquellas metas que venía pensando hace mucho tiempo, mas, sin aplicarme realmente: la meta de tener un blog de algún tipo (y como ya dije en la primera pieza, el apellido escogido es la no ficción).

   PD: hay otra tarea más que planeo retomar, y lo diré por aquí para que puedan hacer un seguimiento innecesario: terminar el curso de lectura veloz de Manuel Reneró.


H.K.A

Comentarios

  1. En el camino de retomar antiguos deseos, proyectos, pasiones, me encantaría ser terapeuta natural, tarotista, dibujante, estilista jajaja creo que lo versátil es lo mio. Pero en verdad, ahora solo pienso en el presente, creo que todo brilla más, solo a veces, me alejo un poquito del presente e imagino si alguna vez pudiera ser todo lo que pienso.

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