No ficción
¿Soy un buen narrador?
Y no me refiero a, si lo que escribo es interesante, las historias son entretenidas o al menos llamativas, pues, aunque no he sido leído por muchas personas, y no he sido galardonado jamás por mi capacidad, me sé un buen narrador. El problema entra cuando pienso en la oralidad y en lo escrito, ya que, me siento un buen narrador oral; la mayoría de las veces, lo que cuento capta el interés de mi audiencia, cosa importante en el oficio que practico. No obstante, al pensar en los narradores que he utilizado en mis historias, si bien son identificables las más de las veces, no sé si cuenten con ese viento propio del que habla el libro que estoy estudiando.
Tal vez sea buena idea perseguir los consejos que da el autor, ya que, tal como me ha dicho mi amigo Miguel, de Un cuarto para pensar (un blogspot muy bueno, por si quieren pasarse), cuando soy más sincero, es cuando más interés género, cosa extraña, porque siempre me he considerado un narrador, no un poeta, y de un tiempo a esta parte, he aprendido a llevarme un poco mejor con el subgénero.
Es verdad, más de alguna vez me presenté a mí mismo, o escribí el inicio de una página de autobiografía falsa, llena de planes, y logros literarios, incluso de animación o cinematográficos, lo que siento, es propio de un adolescente, o de alguien que gusta de soñar despierto, y no me considero mucho ese tipo de persona.
Si he de ser sincero, el mismo hecho de escribir, de haber elegido el área humanista de la enseñanza, desde mi formación hasta mi profesión, pero ser un fanático empedernido de la ciencia ficción dura, habida de datos científicos, de biología, tecnología, etc. me hace pensar en mí mismo como una contradicción. De la misma manera, ser frio en la forma de relacionarme con mi entorno más inmediato, incluso con mis parejas, hace que me tenga en estima como algo más cercano a un lagarto que a un mamífero.
Sí, creo que ahí reside el equilibrio que intento mostrar. Soy bastante excéntrico, imaginativo, pero muy pragmático, casi manipulador en ciertos aspectos o facetas de mi vida. De ahí que, en lo personal, preferiría que me imaginasen no como un ser humano de piel entre clara y trigueña y ojos cafés, sino como una iguana verde, proveniente de su propia historia, y que, en algún momento fue un humano, que fue modificándose a sí mismo con tal de ser lo que él quisiera ser, en vez de lo que dicta el mandato de la vida homínida.
Me gustaría comenzar mi propio espacio de autoexploración no ficticia, para poder llegar a conocerme como narrador. Como personaje.
De ahí que nazca esta pieza, experimental y llena de ecos que me gustaría llenar. No pretendo ser ni poético ni melodramático, solo tengo curiosidad, porque siempre he sido muy curioso.
Así que, supongo que todo esto fue la presentación, la bienvenida a esta extraña y plana tierra sobre el papel, y tú, ojos sobre la página, digital en este caso, quedas invitado a una reunión un tanto irregular, que me gustaría llamar, tinta sobre la hoja, en caso de que el nombre aún no esté tomado, de lo contrario, pensaré en otra cosa, mientras tanto, puedes sentarte donde quieras, imagina un puf, o un sofá, el tipo de respaldo que te acomode más, yo iré a hacerme un café de especia (ya llegaremos a eso en algún momento).
Comentarios
Publicar un comentario